Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos alemanias.
En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA).
Berlín quedó dividida y se crearon 81 puntos de paso entre las dos zonas de la ciudad.
La maltrecha economía soviética y la floreciente Berlín occidental hicieron que hasta el año 1961 casi 3 millones de personas dejaran atrás la Alemania Oriental para adentrarse en el capitalismo.
La RDA comenzó a darse cuenta de la pérdida de población que sufría y, la noche del 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional y cerrar 69 puntos de control, dejando abiertos sólo 12.
A la mañana siguiente, se había colocado una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín. Los medios de transporte se vieron interrumpidos y ninguno podía cruzar de una parte a otra.
Durante los días siguientes, comenzó la construcción de un muro de ladrillo y las personas cuyas casas estaban en la línea de construcción fueron desalojadas.
Esta es una imagen del muro de Berlín tras su construcción en 1961.
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